Abuel@, eres mi héroe

Abuel@, eres mi héroe.

Una de las despedidas más dolorosas al emigrar es la de los abuelos.

Tener que enfrentarlos y decirles que te vas y no es de vacaciones, sino por un largo tiempo, que puede que vuelvas pronto, como puede que no puedas por trabajo, papeles o dinero, que sientes la necesidad de salir a buscar un futuro, que esta vez tienes que pensar en ti primero, antes de pensar en los demás.

Sabes bien que esa conversación no va a ser fácil, o no lo fue en su momento. Que las lágrimas correrían sin sentido, sin haber notado lo feliz que estarían por lo que estás haciendo.

Despedirse de los abuelos no es nada sencillo, porque ellos son nuestros héroes sin capas. Por eso, abuel@, eres mi héroe.

Ellos son una versión de consentimiento mejorado de papá y mamá.

Los que te pasan dinero por debajo de la mesa para que puedas comprar tus chocolates favoritos.

Los que llegan con regalos sin siquiera ser tu cumpleaños.

Son los que te defienden cuando papá y mamá no te entienden.

Siempre serán la calma de la tormenta, el abrazo más acogedor y la voz más penetrante en tu corazón.

Cuando llega el día de marcharse del país, te despides de tu infancia, de tu niñez, de tus héroes.

Pero, no por despedirte de ellos, sino porque ahora ellos te entregan la capa invisible, te aman más que nunca, te entienden mejor que cualquier otra persona en el mundo.

Los abuelos son la despedida más dolorosa,

porque el tiempo está a contra reloj, porque las situaciones cambian, las personas envejecen, las generaciones pasan y crecen.

Son la despedida más dolorosa por el simple hecho de no saber si habrá un mañana junto a ellos, si podrás volver pronto a abrazarlos, por si seguirán ahí a la vuelta a casa.

LOS ABUELOS DEBERÍAN SER ETERNOS.

Abrázalos y bésalos todo lo que puedas, acepta la invitación a comer helados juntos, llámalos tanto como ellos te han llamado a ti durante toda tu vida, tómate muchas fotos con ellos, acompáñalos a ver su programa de TV favorito, ayúdalos a regar las plantas, cocinar y limpiar todo lo que necesiten.

Aprende de ellos, míralos bien, presta atención, porque tú eres eso que ves, eres todo lo que te han enseñado, mostrado y amado, eres su trofeo en este mundo y su más grande amor.

Eres el motivo de sus risas,

de sus ganas de cocinar, de aprender a usar WhatsApp y Facebook, eres más valioso que el oro que alguna vez tuvieron, eres su deleite, su más grande tesoro.

Llega el día que no hay vuelta atrás, que no llegaste a tiempo, que no pudiste dar el último adiós, que no entiendes lo que pasa ni cómo puedes ayudar en la situación y te das cuenta de que pudiste haber hecho mucho más, de que pudiste haber dado más, estado más, llamado más, amado más.

Llega el día que sabías que iba a llegar, pero que nunca quisiste ver y ese día, tendrás que sacar la capa que te dieron y ser fuerte y tienes que ser ese héroe que ellos siempre vieron en ti.

A mí me tocó despedirme de mi país a sólo 4 meses de la muerte de mi abuelo. Mi abuela estaba sola por primera vez después de muchos años.

Siempre que volvía a casa, ella me recibía como si nunca me hubiera ido.

Me aplaudía mis méritos, me preguntaba por mi nueva casa… pero estar con ella era estar en casa.

Un día, recibí la llamada y me tocó asumir el papel de héroe y recordé mucho cuando éramos ella y yo contra el mundo. Yo era su compañía y ella, sin saberlo, siempre fue la mía.

Gracias infinitas abuelos, porque sin ustedes, no sabríamos lo que es un héroe.

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Las mamás no se quedan atrás, por eso, aquí encontrarás una «Carta a Mamá» para que se la dediques con mucho amor.

Carta a mamá